Gucci on transformation

Rossella Della Giovampaola Rosella Gucci

La reinvención es absolutamente necesaria cuando hablamos de una firma cuyo nacimiento data de 1920. Gucci ha atravesado sucesos mundiales, crisis económicas y depresiones financieras, pero aún así ha sabido adaptar su mood a la época.

Aunque, en retrospectiva, sus directores creativos han decidido experimentar con una mujer Gucci de estética brillante y con vocación glam, despojándose del grunge y el estado minimalista desde 1995. Tom Ford llegó para establecer un código revolucionario situándose en la década del ‘70 (con pantalones de terciopelo ceñidos a la cadera, blusas de seda, y escotes de vértigo). Frida Giannini tomó la posta a partir de 2010, dejando atrás las influencias de la moda retro setentista para adentrarse en la siguiente. En los 2000 Giannini se acercaba a los icónicos ‘80, proponiendo un modo contemporáneo de sensualidad arraigada a la inteligencia y la seguridad. Y así, con 20 años (desde el ‘95 al 2015) viajando entre éstas dos décadas, llegaría la hora de catapultar una estética retro surreal que sirviera de conciliación entre las historias que se contaron centradas entre los ‘70 y los ‘80, de manera tal que en 2015 el, hasta entonces adjunto de Giannini, dió un paso al frente para convertirse en el nuevo director creativo de Gucci, un desconocido para el público, Alessandro Michele.

Rápidamente Michele se consagró como referente de la industria confirmando una estética que transformó la moda italiana. Desde entonces la propuesta sería fresca y perfecta para cualquier situación. La cotidianeidad dejaría de ser vista como algo estructurado y se convertiría en algo verdaderamente llamativo, hasta cuasi revolucionario.

El Gucci de hoy plantea una alucinación, una estética atractiva adaptable al día y a la noche, libre de prejuicios y respetando los códigos originarios de la casa: fuerza, sensualidad y poder. Resta preguntarnos ¿Vestir Gucci es estar a la moda?

Quizás si, quizás no. Lo que tenemos por seguro es que Alessandro ha logrado convertir una tendencia en un clásico, una figura que refleja la transmutación fashionista de esta década.

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