Jingle Walls: Vidrieras de Navidad

Las grandes tiendas alrededor del mundo nos hacen querer colarnos en el trineo de Santa para disfrutar los escaparates diseñados para la Navidad. En una especie de fashion week navideño, París, Milán, Londres y ,por supuesto, Nueva York compiten por  deslumbrar con la presentación de las vitrinas en las que los creativos hacen alarde de imaginación.

En Nueva York la tradición fue inaugurada por Macy’s a fines del 1800, cuyo escaparate genera expectativa año a año, los límites de la creatividad son casi tan enormes como los presupuestos destinados a generar atracción en la época en que la gente más ama regalar.

Por esto los almacenes Sak’s también se encuentra entre los que invierten millones de dólares en la decoración navideña. No solo se recurre a la ornamentación clásica, renos, nieve, Santa Claus por doquier, sino que la tecnología cobra cada vez mayor protagonismo al igual que la idea de contar una historia: cada vidriera sugiere personajes que viven la Navidad e invitan a compartirla. Las vidrieras de Navidad de los míticos almacenes Bergdorf Goodman, han recurrido a diferentes disciplinas artísticas como la música o la danza para desplegar en sus vitrinas que nunca han dejado de sorprender.

La tienda británica Harrods, también planifica sus presentaciones navideñas con un mínimo de seis meses, incluso ha llegado a convocar a las mismísimas princesas de Disney para que muestren cómo festejarían sus navidades luciendo vestidos exclusivos diseñados para la ocasión por las firmas más prestigiosas de la moda.

París se caracteriza por el lujo y el glamour, los diferentes espacios de Galeries Lafayette cuentan historias navideñas a través de sus vidrieras que generan esperas y amontonamientos de turistas con cámara en mano para la develación, ya que se convierten en verdaderos espectáculos incluso con despliegues escénicos que incluyen animales y acróbatas

Milán también se suma a la tradición con La Rinascente que alberga los escaparates de los grandes diseñadores del mundo, ha llegado incluso a poner a Santa Claus en el diván del psicoanalista, sin duda, afectado bajo la presión de  su trabajo, al menos eso fue lo que propuso Moschino hace un par de temporadas. Todo es válido, la excentricidad, el humor, el lujo exquisito, para transitar esta etapa del año que se alimenta de la fantasía y los sueños.